Katharine Hepburn


Katharine Houghton Hepburn (12 de mayo de 1907- 29 de junio de 2003) nació en Hartford, Connecticut, en el seno de una familia progresista, adinerada y muy involucrada en las causas sociales, con la que siempre estuvo muy unida. El suicidio de su hermano Tom, a quien ella misma encontró muerto en abril de 1921, marcó el carácter de la joven Hepburn, que incluso tomó la fecha de nacimiento de su hermano como la suya propia, no siendo hasta su autobiografía de 1991 que la actriz reveló su verdadera fecha de nacimiento. Amante del golf y de los deportes al aire libre, desde muy joven mostró pasión por todo lo relacionado con el cine y el teatro.


En 1924 entra en el Bryn Mawr College y empieza a actuar como parte de sus estudios. Al terminar su periodo allí, Hepburn centra todos sus esfuerzos en ser actriz. Comienza a partir de entonces su carrera, primero en el teatro y más tarde en el cine, con enorme éxito, numerosos premios (entre los que figuran 4 Oscars) y películas inolvidables como Little Women (1933), Morning Glory (1934), The Philadelphia Story (1940), Adam’s Rib (1949), Guess Who’s Coming to Dinner (1967), The Lion in Winter (1969), On Golden Pond (1982) o su última aparición en la pantalla en 1994, en el filme Love Affair, donde a sus 86 años la actriz demostró que aún no había perdido su fuerza ante la cámara. De carácter reservado y poco dada a dar entrevistas, Hepburn siempre se mantuvo lejos del mundo de Hollywood y de la vida social de los actores, por considerarlo muy superficial. Casada en una única ocasión con Ludlow Ogden Smith, un hombre de negocios de Philadelphia del que más tarde se divorció, mantuvo varios romances, pero nunca se volvió a casar ni tuvo hijos. Raramente aparecía en público, y cuando lo hacía, llevaba siempre ropas casuales, algo totalmente ajeno al glamour que la rodeaba, pero adelantándose siempre a su época. 




De una personalidad arrolladora, su uniforme diario eran los pantalones que combinaba con camisas de cuello abierto, rompiendo con ello todos los convencionalismos de aquel entonces. Sin embargo, Katharine Hepburn también llevaba con tremendo estilo trajes de gala, guantes, pieles y sombreros, con la misma naturalidad que la caracterizaba, porque sabía perfectamente lo que mejor se ajustaba a su personalidad y apreciaba la calidad de un material y de un buen corte en el vestir.





Conocía de primera mano la importancia de la ropa a la hora de definir un rol determinado y de conseguir involucrar a la audiencia en una historia. Contrario a lo que se ha creído, su estilo era estudiado con gran precisión, y sus trajes eran todos hechos a medida, al igual que sus zapatos y su lencería, que era del más fino encaje francés.


La actriz trabajaba codo a codo con los diseñadores para lograr que cada uno de sus trajes de alta costura fuesen un éxito. Valentino, Howard Greer o Muriel King son algunos de los creadores de sus impresionantes trajes. La exhibición Dressed for The Stage and Screen presenta trajes de la colección personal de la actriz que ella guardaba en sus casas de la calle 49 del Este de Manhattan y de Fenwick en Connecticut, desde ropas femeninas llenas de glamour hasta piezas con su característico estilo masculino casual, todo lo que se puso la actriz a lo largo de su carrera en el teatro, cine, televisión y en su vida privada, acompañado de dibujos y comentarios, fotografías, notas de la propia actriz y hasta incluso zapatos hechos a medida y maquillajes.




Hepburn guardó hasta el día de su muerte a los 96 años la mayoría de los trajes de su larga carrera en el cine, de los cuales 40 son expuestos en esta exhibición y que, en un estado de conservación perfecto, reflejan la fina cintura que tenía. Junto a ellos, están sus famosos pantalones “khaki”, de los que no se separaba, y que son expuestos en piernas de maniquíes.









Hasta pronto :)

Laura

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